martes, 29 de septiembre de 2009

Una palabra, una foto... y buena madera para seguir construyendo




¿Cómo hacerte saber?


Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensibles y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos, levantamos muros.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.

Que sería mucho mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla, y también se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder puede ser también avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

Esta palabra de nuestro buen Mario Benedetti me vino espontáneamente, al momento de leer acerca de los sueños y habaneras.


Terminar no es fácil, ser terminado es peor aún. Es una decisión impuesta y causa dolor. Aunque sepamos en lo más profundo de nuestro ser (ahí donde sueños, anhelos y esperanzas están guardados y esperando una oportunidad para salir) que es “lo mejor”, yo creo que es más bien una oportunidad de comenzar algo nuevo, de reconstruirse, de tratar de caminar con paso firme y sólido, arrecho dirían los herman@s indígenas de la montaña. Es la certeza de saber que debajo del puente, no hay vacío, hay agua que corre, que cambia, que no se estanca; que en la otra orilla hay un camino desconocido, una posibilidad.


¿Cómo saber cuánto tiempo permanecemos en el corazón y en el recuerdo de una persona? ¿Cómo saber si fuimos significativos? ¿Cómo formar parte de la historia sagrada de alguien?

¿Cómo hacerte saber querido amigo que tu pena me duele y que siento como sientes? ¿Cómo hacerte saber que a pesar del tiempo y la distancia mi abrazo llega hasta el otro lado del puente?
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¿Notan la buena madera con que está construído el puente? Yo sí. Cuenta la leyenda que es madera de los míticos árboles babosos de Ciudad Hidalgo. ;)

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