algunas de las batallas mas duras y dolorosas las he tenido que dar de la piel pa'dentro. Esto le escribía hace 6 días a Carmen L, una de mis más recientes amistades.
algunas de las batallas mas duras y dolorosas las he tenido que dar de la piel pa'dentro. Esto le repetía ayer, contándole del blog de Carmen L, a mi mejor amiga Carmen. La verdad es que ya me hacía demasiada falta el poder tener una plática en profundidad. Y por supuesto, tenía que salir que este año ha sido complicado para los dos. No sólo para los dos. Como que este año fue muy denso, con muchas luchas internas, para mucha gente que me importa.
Con frecuencia digo que mi vida es como un circo de varias pistas. Lo mismo ando en múltiples luchas de grupos sociales, que en debates teológicos, que en análisis políticos, que enredado en las dinámicas familiares, que estudiando psicología o métodos de adivinación. Y en medio de todo ello, intentar no dejar de escuchar el latir interior.
Lo cual me hizo hoy recordar este pequeño clip, que invito a que sea visto antes de seguir leyendo: El circo de la mariposa
Mientras lo volvía a ver, fui aplicando la regla básica de la interpretación de los sueños: interpretar que cada uno de los personajes que aperecen, soy yo mismo. Más correctamente, es una parte de mí.
Sí.
Creo que todos somos de alguna manera esa persona sin extremedides, a quien hasta Dios le ha dado la espalda. Al menos, una parte de nosostros siempre lo es. Indefensa, dolida, impotente, humillada.
Yo también soy el presentador de la feria de los fenómenos; esa parte que juzga (especialmente a sí mismo) sin compasión, sin humanidad, con violencia.
Soy el hombre golpeador y borracho, el anciano jubilado como inútil, la prostituta abusada y abandonada... todos ellos resurgiendo de la cenizas
Y soy también Mendez. Esa capacidad de mirar con compasión, con ternura, para posibilitar el resurgir.
Creo que todas y todos tenemos nuestro circo interior con estos personajes. Y la gran disyuntiva es si convertimos el circo de nuestra vida en una feria de fenómenos o un circo de las mariposas. Dar el paso para este cambio de perspectiva.. ¿no es éso aprender a vivir?
Y claro, lo mismo sirve no sólo para el circo de nuestro mundo interior, sino para ese gran circo que es nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro mundo como bien canta la Maldita Vecindad. Sí, de alguna manera también el andar en esas otras pistas de mi circo (la pista de los derechos humanos, la pista de las luchas sindicales) es una forma de intentar ser un Méndez con, para y gracias a los demás.
Vale, que el año que está por empezar nos encuentre montando un maravilloso circo de compasión, justicia y ternura.