domingo, 12 de julio de 2015

De preguntas y respuestas cambiantes


Desde hace 50 años existe una revista, de esas imprescindibles, de lo mejor del catolicismo español: IGLESIA VIVA; que ahora se renueva y ofrece un Blog al que vale mucho la pena suscribirse para quien tenga interés en la renovación eclesial y social del catolicismo. 


La más reciente entrada a la fecha se titula LA GRAN PREGUNTA. Vale la pena leerla.

El artículo y su gran pregunta desencadenó una serie de recuerdos de la forma en que he lidiado con la pregunta por quién soy. 


¿Quien soy? ¿Para qué vivo?

Decía Galeano que somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Así,  la respuesta ha ido -y seguirá- cambiando con el caminar.

Hubo un tiempo al final de mi adolescencia que lo resumí en la frase  “Amar más, creer más, aunque haya que sufrir más”.   Desde niño el tema de construir un mundo más justo ha estado muy presente en la construcción de mi identidad, y desde adolescente tuve claro que intentarlo implica pagar un precio.


Años después, al terminar el bachillerato y elegir estudiar derecho, la frase con que resumí la respuesta iba más o menos en forma de silogismo: “Los buenos abogados son caros; los pobres no pueden pagar buenos abogados; yo seré un buen abogado para los pobres” [Nótese lo prometeico del enfoque; bueno, lo recuerdo con cariño en cuanto a buena voluntad].


Años después, al principio de mis veintes, la respuesta iba resumida así: “Ser un grito de amor al mundo”.

Un lustro después, un esfuerzo de síntesis se estructuraba “Dedicado, en amor y fe, a manifestar la misericordia en la vida cotidiana”.


Eso fue hace muchos ayeres. Ojo, no digo que hubiera sido o cumplido esas afirmaciones, o que lo sea o lo cumpla ahora… pero eran formas de construcción de mi autopercepción de mis aspiraciones.

Cuando entré al Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL) teníamos una metodología de desarrollo de proyectos populares que se articulaba en varios talleres analíticos sucesivos. El primero de ellos incluía una doble pregunta clave “¿Es posible el cambio social? y si es posible ¿cómo se da?”  A partir de lo que el grupo responde a esta pregunta, se articula todo el análisis, planeación, formación, actividades, e incidencia. Hace muchos ayeres que esta pregunta me parece más grande, necesaria y urgente.

Abrazos y esperanzas.